Valerse de usos y tácticas
La división ya no pasa entre el trabajo y las diversiones, se ha homogeneizado. Como en literatura se diferencian los "estilos" o maneras de escribir, se pueden distinguir las “maneras de hacer”, de caminar, de leer, de producir, de hablar, etcétera
Eso no impide que correspondan a un arte muy antiguo de "valerse de". Les doy el nombre de usos, si bien la palabra designa con más frecuencia los procedimientos estereotipados, recibidos y reproducidos por un grupo, sus "usos y costumbres". El problema se mantiene en la ambigüedad de la palabra, pues, en estos "usos", se trata precisamente de reconocer "acciones”.
Individuo ->1er nivel (reglas) -> crean e imponen espacios
->2o nivel (reglas autocreadas) -> tácticas -> "valerse de" -> usos -> acciones
El uso, o el consumo
Lo que se llama “vulgarización" o "degradación" de una cultura es un aspecto, caricaturizado y parcial, del desquite que las tácticas utilitarias se toman sobre el poder dominante de la producción. De todos modos, el consumidor no sabría ser identificado o calificado conforme a los productos periodísticos o comerciales que asimila: entre él (que se sirve de ellos) y estos productos (signos del "orden" que se le impone), hay una distancia, más o menos grande, determinada por el uso que el consumidor hace de ellos.Los "contextos de uso" (contexts of use), al plantear el acto en su relación con las circunstancias, remiten a las características que especifican el acto de decir (o práctica de la lengua) y a las que son sus efectos
Individuo <- consumo -> "mercancias culturales"
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V
¿qué hace con ellas? Estrategias y tácticas
Circulan sin ser vistas, reconocibles solamente en los objetos que desplazan y hacen desaparecer. Las prácticas del consumo son los fantasmas de la sociedad que lleva su nombre. Como los "espíritus" de antaño, constituyen el principio multiforme y oculto de la actividad productora.
En suma, la táctica es un arte del débil. Clausewitz lo comentaba a propósito de la astucia, en su tratado Sobre la guerra. Mientras más crece una potencia, menos puede permitirse movilizar una parte de sus medios para producir efectos de trapacería
El arte de jugar con el adversario, de burlarle y tenderle trampas, tiene mucho que ver con un especial sentido de la temporalidad, de la “ocasión".
Las estrategias son pues acciones que, gracias a postular un lugar de poder son capaces de elaborar lugares teóricos (sistemas y discursos totalizadores) susceptibles de articular un conjunto de lugares físicos donde se reparten las fuerzas. Las estrategias combinan estos tres tipos de lugares y tienden a dominar unos a través de los otros. En consecuencia priorizan las relaciones espaciales (de lugares). Se esfuerzan por reducir las relaciones temporales a relaciones espaciales mediante la atribución analítica de un sitio propio a cada elemento particular y mediante la organización combinatoria de los movimientos específicos de las unidades o de los conjuntos de unidades.
-> táctica ->arte del débil -> lugar del otro -> adaptabilidad -> ausencia de poder
Individuo
<- estrategia <- manipulatoria <- dominio temporal <- poder como precondición Retóricas de la práctica, astucias milenarias
Mi intención consiste en sugerir algunas maneras de pensar las prácticas cotidianas de los consumidores, suponiendo de entrada que éstas son de tipo táctico. Habitar,
circular, hablar, leer, caminar o cocinar, todas estas actividades parecen corresponder a las características de las artimañas y las sorpresas tácticas: astutos trucos del
"débil” en el orden construido por el “fuerte",
un arte de tantear en los dominios del otro, una sabiduría del cazador furtivo, maniobras pluriformes y movilidades, hallazgos jubilosos, poéticos y guerreros.
El paisaje imaginario de una investigación no deja de tener valor, aun si carece de
rigor. Restaura lo que se indicaba no hace mucho bajo el título de "cultura
popular", pero para transformar en una infinidad móvil de tácticas lo que se representaba como una fuerza matriz de la historia. Así pues, mantiene presente la estructura de un imaginario social cuyas cuestiones fundamentales no cesan de tomar formas diferentes y de volver a plantearse.
Individuo -> consumidor -> migrante -> prácticas cotidianas -> tácticas -> no lugar propio
Un arte de pensar: Kant
Inscrito en la órbita de una estética, el arte de hacer está colocado bajo el signo del juicio, condición "a‑lógica"
del pensamiento. La antinomia tradicional entre una "operatividad" y una "reflexión" es superada por un punto de vista
que, al reconocer un arte
en la raíz del pensamiento, hace del juicio un
"término medio" (Mittelglied) entre
la teoría y la praxis. Este arte de pensar constituye una unidad sintética entre
los dos.
juicio -> arreglo formal -> equilibro entre imaginar y comprender -> sentido común -> tacto
Un arte de decir
Las maneras de hacer no designan solamente actividades que una teoría se daría como propósitos, también designan su organización. La narrativización de las prácticas sería entonces un "modo de
hacer" textual, con sus procedimientos y con sus tácticas propios.
Para entender la relación del
relato con las tácticas, es necesario descubrir un modelo científico más
explícito, en el que la teoría de las prácticas tenga precisamente como forma
una manera de contarlas.
Individuo <-relato -> prácticas
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V
"modo de hacer textual"
El arte de la memoria y la ocasión
Este saber está hecho de muchos momentos y de muchos elementos heterogéneos. No cuenta con un enunciado general y abstracto, ni con un lugar propio. Es una memoria cuyos conocimientos son inseparables de los momentos de su adquisición y desgranan las singularidades de ésta.
una representación esquemática de la "jugada", desde su punto inicial (I) ‑menos fuerzas‑ hasta su punto terminal (IV) ‑más efectos‑, se tendría algo así:
(I) menos fuerzas, (II) más memoria, (III) menos tiempo, (IV) más efectos
La memoria mediatiza las transformaciones espaciales. Sobre la modalidad del "momento oportuno" (kairos), produce una ruptura instauradora. Su extrañeza hace posible una transgresión de la ley del lugar. el "arte" de la memoria desarrolla la aptitud de estar siempre en el lugar del otro, pero sin poseerlo, y sacar provecho de esta alteración aunque sin perderse. Esta fuerza no es un poder (aun si su relato puede serlo). Ha recibido más bien el nombre de autoridad.
Historias
En el arte de contar, los maneras de hacer se ejercen en sí mismas.
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